Por Maribel Diz
Vicepresidente senior y jefa de recursos humanos, Visa América Latina y el Caribe.
A lo largo de mis años de experiencia trabajando en el área de recursos humanos, siempre me ha fascinado el tema del liderazgo y qué es lo que hace que los líderes sean exitosos en conformar equipos de trabajo de alto rendimiento y lograr niveles extraordinarios de motivación, compromiso y éxito.
En la actualidad, ser un líder sólido en el mundo corporativo requiere muchas cualidades y habilidades, pero un aspecto que particularmente me apasiona es la importancia de la empatía y la bondad humana en el liderazgo. De hecho, si bien la empatía ha sido considerada con frecuencia como una habilidad crítica para los líderes, hoy está adquiriendo un nuevo nivel de relevancia considerando los muchos cambios que hemos estado atravesando en múltiples áreas de nuestras vidas – especialmente en los dos últimos años.
Pero la verdad es que ser un líder empático y solidario, lo que me gusta llamar como "liderar con el corazón", no significa ser débil, demasiado amable o muy blando. Más bien, ser un líder fuerte, orientado a resultados y al mismo tiempo mostrar este toque humano, pueden ir de la mano. De hecho, un gran líder es aquel que puede mantener estos dos rasgos en un equilibrio saludable, y lograr así un efecto impresionante en el equipo.
Liderar con empatía significa forjar una conexión genuina y significativa con el equipo; se trata de tener un auténtico interés y preocupación en la vida y circunstancias de nuestros empleados, haciendo que los equipos se sientan valorados, apoyados y escuchados.
Si bien hay diferentes formas en que los líderes pueden mostrar empatía por sus equipos, hay algunas acciones que considero esenciales para demostrar un aprecio genuino hacia nuestros empleados.
Si hay un buen lugar para comenzar, creo que eschequeando con cierta frecuencia y de una manera auténtica. ¿Cómo estas? ¿Cómo está tu familia? ¿Cómo estuvo tu fin de semana? Estas son solo tres preguntas simples que podemos hacer a nivel personal para relacionarnos con nuestra gente que no toman mucho de nuestro tiempo y tienen un efecto muy positivo.
Otro gesto importante es reconocer los éxitos de los miembros del equipo, dándoles el centro de atención y la exposición que merecen. Por ejemplo, al hacer una presentación, podemos hacer un saludo especial reconociendo y mencionando a los miembros del equipo que recopilaron la información, dándoles el crédito por el trabajo y el esfuerzo. Otros gestos que pueden aumentar la confianza en sí mismos incluyen invitarlos a una reunión de liderazgo y/o hacer que tomen la iniciativa y presenten para mostrar el buen trabajo que están haciendo.
Crear un entorno psicológico seguro, en donde las personas puedan expresarse y aprender de los errores sin tener miedo a consecuencias negativas, también es fundamental para liderar con empatía. Los líderes deben responsabilizar a los empleados por el desempeño, pero también brindarles apoyo y ayudarlos a sentirse cómodos y dispuestos a aprender, creando un clima positivo de equipo que es clave para impulsar los resultados.
Y esto nos lleva a la necesidad de empoderar a nuestros equipos para que tomen ciertas decisiones y eliminen los obstáculos para despejar el camino, usándo a sus líderes como un punto de escala cuando sea necesario. Esto proporciona un nivel de autonomía, deber y libertad que motiva a los equipos a hacer las cosas mejor y correctamente, dar lo mejor de sí y hacer un esfuerzo adicional.
Pero liderar con el corazón también es mostrar aprecio de otras maneras, como con pequeños actos de bondad que marcan la diferencia. Por ejemplo, tengo una jefa que le gusta mostrar aprecio a través de regalos. Cuando contraje Covid-19, ella me envió una comida especial a mi casa y significó mucho para mí y para mi familia. Probablemente es la jefa más dura que he tenido, pero este simple gesto, el cual demuestra que ella se preocupaba por mí, me motivó a seguir trabajando duro. A otros líderes les gusta mostrar aprecio enviando a los empleados a una capacitación especializada, dando tiempo libre adicional para situaciones personales, programando tiempo para tomar un café o almorzar para conversar o a través de acciones más elevadas como nivelar el campo de juego eliminando todos los signos de elitismo en el lugar de trabajo.
No cabe duda que liderar con empatía y preocupación genuina por nuestros empleados es, y siempre ha sido, crucial para forjar equipos sólidos que puedan ayudarnos a aumentar la lealtad, la confianza y el compromiso a largo plazo para lograr excelentes resultados. Y ahora, con esta nueva realidad de trabajo híbrido, de cambios corporativos increíblemente rápidos y de fronteras cada vez más difusas entre el mundo laboral digital y físico, tener un liderazgo fuerte y empático es más importante que nunca. No doy por sentado a mi equipo y los aprecio por permitirme liderarlos y guiarlos en el camino. Les hago saber cómo "cubro sus espaldas" y siempre haré lo correcto por ellos. Cuento con ellos, y ellos cuentan conmigo. El mundo ha cambiado y los líderes también deberían evolucionar: si lo hacemos bien, crearemos un catalizador para la creatividad, la innovación y el compromiso que ayudará significativamente a que nuestros negocios y propósitos prosperen.